¿Por qué es importante comer pescado y marisco?

La dieta mediterránea incluye además de los vegetales, frutas, legumbres y carnes blancas, todos los pescados y mariscos que nos ofrece el mar. Hoy te contamos porqué es tan sano consumirlos y que nos aportan.

Para responder a la pregunta, vamos a contarte algunas cuestiones relevantes tales como: frecuencia de consumo, nutrientes, calorías, o sus amplios beneficios.

Cuáles son sus beneficios:

Para empezar debemos indicar que la frecuencia de consumo es importante y que en general, se aconseja que sea entre 3 y 4 veces por semana, siempre variando y combinándolos con otros alimentos para tener una dieta variada. Las raciones deben ser aproximadamente de 125 a 150 grs.

Las ventajas de su consumo son muchas y variadas, entre ellas, estas son las más significativas:

Fuente de proteínas

Es tan proteico como la carne, pero a diferencia de ella, además, nos aportan ácidos grasos muy saludables, como el Omega 3 que reducen el colesterol LDL.

Pocas calorías

Si el objetivo es adelgazar o simplemente mantenerse en buena forma, consumir pescados y mariscos es una excelente opción, ya que tienen un aporte calórico que va desde las 70-80 calorías en los pescados magros, hasta 150 o 200 en los más grasos. En el caso de los mariscos, se mantienen por debajo de las 100 por ración. Por supuesto, estos valores se ven modificados por la forma de cocinarlos, pero si están asados, a la plancha, o al vapor, casi no se agregan calorías en la preparación.

Vitaminas y minerales

Los pescados nos aportan vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B12), A, D y E, además de hierro, calcio, yodo o potasio. Entre los mariscos y crustáceos encontramos además ácido fólico, selenio y zinc.

Las vitaminas A y E son antioxidantes, protectores ante las enfermedades neurodegenerativas y las del corazón. La vitamina D en cambio, contribuye a la asimilación del calcio en intestinos y reabsorción del mismo en el riñón, lo cual favorece la mineralización de huesos y dientes.

Su alto aporte nutricional ayuda al correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular.

En el caso de los pescados cuya espina también se come, constituyen una fuente importante de calcio, siendo mayor su porcentaje en las sardinas o anchoas, pero también significativo en las almejas y berberechos.

Es destacable también su valor para el tiroides, ya que previene la aparición del bocio, una enfermedad provocada por la insuficiencia de yodo en el organismo.

Contribuye al crecimiento

Tienen un alto valor biológico porque entre otros, participa de la formación de membranas celulares, del sistema nervioso y de la retina, además del aporte al crecimiento que ya mencionamos.

Protege el corazón y previene la diabetes

Protegen la salud del corazón y las arterias, y según recientes estudios en pacientes entre 55 y 80 años, se demostró que en aquellas personas que lo consumían con asiduidad, reducía los niveles de azúcar en sangre en ayunas y que tenían menores índices de diabetes.

Adecuado para todos

No cabe duda de que los pescados son adecuados en todas las etapas de nuestra vida. La facilidad de su digestión, alto aporte nutricional y mineral, y escaso colesterol, lo convierten en un alimento ideal para convertirse en uno de los pilares fundamentales de nuestra dieta.

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